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viernes, 2 de noviembre de 2012

Iniciación a la Fotografía

En las cámaras fotográficas, el mecanismo que controla la profundidad de campo es el diafragma. Como ya hemos visto, la profundidad de campo es la porción de imagen que aparece enfocada. Con ayuda del diafragma y la velocidad de obturación controlamos la exposición, que es la cantidad de luz que llega a la película.

La abertura del diafragma, o abertura del objetivo, se ajusta mediante una anillo que suele estar en el propio objetivo y viene graduado con una serie de "números f/":
f/1 – f/1.4 – f/2 – f/2.8 – f/4 – f/5.6 – f/8 – f/11 – f/16 – f/22
El tamaño de la abertura del diafragma disminuye al aumentar el "número f/"; eso significa que con f/2 entrará más luz que con f/5.6. También podemos deducir que los objetivos "más luminosos", o sea, los que permiten una abertura mayor de diafragma, son aquellos que tienen un número f/ más pequeño.
Por otro lado, una posición de diafragma (por ejemplo f/5.6) siempre dejará llegar la misma cantidad de luz al negativo independientemente del objetivo que utilicemos.
Cada número f/ aumenta al doble la cantidad de luz respecto al número f/ anterior y la reduce a la mitad respecto al que le sigue.
En los objetivos, junto al anillo de enfoque, encontramos otra escala graduada que nos indica cuanto abarca la profundidad de campo. Como podemos ver, cuanto más pequeña es la abertura del diafragma (mayor número f/) más aumenta la profundidad de campo.
La mayoría de las cámaras mantienen siempre la máxima abertura de diafragma hasta el momento de pulsar el obturador con el fin de que tengamos luz suficiente para enfocar. No obstante, algunas tienen un botón de previsionado de profundidad de campo que acciona el diafragma a la abertura indicada y nos permite ver con precisión qué zonas aparecerán enfocadas.
La profundidad de campo también depende en buena medida del objetivo que utilizamos. En general, cuanto mayor es la distancia focal del objetivo más pequeña es la profundidad de campo que podremos obtener: con un objetivo de 35 mm. se puede obtener mayor profundidad de campo que con uno de 100 mm.
Ajustando la profundidad de campo mediante el diafragma podremos controlar a nuestro gusto el resultado final de una imagen. Por ejemplo, suele suceder que en la fotografía de paisaje queremos que aparezca enfocado desde el primer plano hasta el horizonte; entonces debemos reducir al máximo la abertura del diafragma. Para que llegue al negativo la luz correcta hay que aumentar el tiempo de exposición usando velocidades lentas de obturación, por lo cual, si no hay bastante luminosidad, habrá que colocar la cámara sobre un trípode u otro soporte improvisado para que no vibre. Usar un objetivo de distancia focal corta (menos de 50 mm.) es lo más indicado para estas ocasiones.
También puede suceder el caso contrario: que deseemos centrar toda la atención en el tema de la foto y que no nos moleste nada de cuanto nos rodea. En este caso, abriremos el diafragma al máximo y de esta manera obtendremos un fondo desenfocado y liso. Este efecto se puede acentuar usando teleobjetivos (mayores de 50 mm.) y acercándose mucho al tema, ya que la profundidad de campo es menor en los primeros planos y aumenta al alejarnos.

Trabajos sobre desenfoques hechos en clase:



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